De ayudar a su papá en las construcciones a ser campeón de la Champions League y de Europa
El entrenador que tuvo una infancia humilde que logró ser campeón de la Champions League.
Muchos conocen la gran carrera como jugador y entrenador de Josep Guardiola. Pero pocos son los que conocen su humilde infancia y el esfuerzo de su familia para que el español salga adelante en el fútbol y crezca con una pelota en los pies.
Hijo de Valentí Guardiola, albañil, y Dolors Sala, ama de casa, Pep Guardiola nació en una familia humilde, pero muy apegada al fútbol. De chico, el actual entrenador del Manchester City, acompañaba a su padre a las construcciones para darle una mano. Al mismo tiempo jugaba en el club de su ciudad.
Su amor por el Fútbol Club Barcelona lo llevó a anotarse a La Masía, donde deslumbró por su manera de jugar, mientras acompañaba a su padre y ayudaba a su madre en la casa. El pequeño Pep era un centrocampista con mando y visión de juego, pero su pobre físico lo marcaba demasiado entre los otros jugadores.
El 16 de diciembre de 1990 debuta frente al Cádiz en el Camp Nou y poco a poco se convierte en un hombre importante para Johan Cruyff. En sus comienzos alternó la posición de central y de centrocampista. Pero en 2008 colgó los botines y pasó a ser entrenador de su amado club, donde logró ganar dos Champions, dos Mundiales de clubes tres Copas del Rey y tres Supercopas de Europa. En 2013 dio el salto al Bayern Múnich, para estar solo tres años.
El mejor momento de Pep Guardiola
El aficionado del Barcelona comenzó su mejor etapa como entrenador en 2016 al mando del Manchester City. Logró crear un increíble equipo año tras año, donde consiguieron casi todas copas. Hizo que el club inglés llegue en dos ocasiones a la final de la Champions League, ganando la última ante el Inter de Milán. El próximo objetivo de Guardiola es el Mundial de Clubes.
