Liga MX

Casos como el de Kylian Mbappé, los futbolistas que son atados a sus equipos

El fútbol moderno amarra a las grandes figuras a contratos exorbitantes y cuando quieren cambiar de equipo simplemente no se los permiten.

Por Luis Aveleyra

El fútbol moderno amarra a las grandes figuras a contratos exorbitantes y cuando quieren cambiar de equipo simplemente no se los permiten.
El fútbol moderno amarra a las grandes figuras a contratos exorbitantes y cuando quieren cambiar de equipo simplemente no se los permiten.
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En pleno siglo XXI hemos visto casos de jugadores que gozan de un sueldo millonario, con un estilo de vida muy costoso, pero bajo ese ambiente, hay un contrato que está en posesión de los equipos más acaudalados del mundo y que prácticamente son dueños de su vida donde nos les permiten mayor movilidad cuando lo desean. Es decir, una esclavitud moderna.

Actualmente vemos el caso de Kylian Mbappé, donde el presidente del PSG, el jeque Al-Khelaifi, ha asegurado que el jugador francés no saldrá del equipo, …o por lo menos no será gratis. Para el multimillonario árabe la cifra que “liberaría” a Mbappé son 150 millones de euros cuando el delantero ha manifestado sus deseos de emigrar a otras ligas del mundo. Sin embargo, son muy pocos los equipos del mundo que podrían comprarlo. Incluso, surgió un hashtag #FreeMbappe, pero al parecer fue orquestado por el propio Real Madrid.

También encontramos casos actuales como Erling Halaand, donde el Borussia Dortmund exige cerca de 115 millones de euros por la liberación del delantero noruego, para enrolarse en el equipo que pueda pagar por el costo de su Carta, mas no donde desee el propio futbolista.

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Incluso, en años anteriores, la afición pudo ver el caso de Lionel Messi, quien no estaba cómodo en el equipo de Barcelona y simplemente no pudo zafarse de la directiva azulgrana una vez que el contrato estipulaba que sólo podría salir del equipo si la parte ofertante pagaba la cláusula de recesión que superaba los 125 millones de euros. Mismo caso con Neymar, quien hace un año buscó regresar a Barcelona, pero lo hecho por el PSG fue extender su contrato por cuatro años más.

Los futbolistas deberán tener también voto, pero las directivas los amarran con esas cláusulas que son prácticamente impagables inmovilizando al jugador a un solo equipo e impidiendo su desarrollo profesional en los equipos que desee. Lo ideal es que la FIFA regularice los sueldos con un tope económico, pero este organismo poco se ha interesado en estos temas.

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