Andrés Guardado y la lección que le dio a Hirving Lozano para que triunfe en Europa

Corría el verano del 2017, Andrés Guardado se había consolidado como un gran mediocampista en el equipo de PSV, pero ya tenía las maletas hechas para viajar rumbo a España para enrolarse con el Real Betis. Al mismo tiempo, llegó Hirving Lozano, un joven compatriota soñador quien sabía que tendría que llenar un gran hueco entre la afición del PSV por la calidad de vida y deportiva que dejó el Principito y aún así pudo escribir su propio nombre con letras de oro.

Andrés Guardado fue muy querido entre la afición del PSV y tuvo una de las mansiones más cómodas. Estaba ubicada en las afueras de la ciudad de Eindhoven entre las zonas boscosas de la región y acondicionada con grandes lujos que permitían tener días muy agradables aún en las fechas más frías del invierno. Hasta 2017 tuvo un costo de 10 millones de euros, incluso, era un precio bastante accesible por el tipo de habitaciones que tenía. 

La sala principal contaba con una sala de piel 100% de origen animal la cual la hacía de gran calidad. Eran muy espaciosas y muy amplias como la cocina, su estudio de TV, una biblioteca y hasta un cuarto de juegos para su pequeñita que nació en este país. Todo era lujo y comodidad donde el mensaje para Hirving Lozano fue como llegar a un país de gigantes por lo construido por Andrés Guardado, pero la verdad es que Chucky se comportó a la altura.

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El Principito llevaba 10 años en Europa con cuatro equipos diferentes en tres Ligas. Hirving Lozano apenas iniciaba su aventura europea donde llegó con una gran actitud a pesar de reemplazar en cierta medida el cariño que se había ganado Andrés Guardado. Pero el Chucky estuvo a la altura de las circunstancias y comenzó a construir una vida bastante atractiva para su familia donde desde su llegada pudo adquirir un nivel de vida comparado con las grandes estrellas del PSV a pesar de no tener ni un año en Holanda.

Aunque su primera camioneta fue de estilo familiar, su mansión en Holanda contaba con una alberca al interior de la misma. No era una casa del tamaño como la que tenía el Principito, pero pudo adaptarse a las condiciones de su nueva vida y con ello labrar su propio camino de éxito.

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