Cuando regresó Miguel Mejía Barón a Pumas de inmediato se creyó que los universitarios por arte de magia volverían a pelear campeonatos, pero además, e la mano de su esencia que siempre los ha caracterizado, pero tras casi 3 años en el cargo la realidad es que la sequía continúa e incluso el modelo que utilizan en el club poco a poco está cambiando y cada vez se ven más extranjeros gracias a la inversión que está realizando el club para volver a los primeros planos.
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De las primeras señales de que el "Dr" buscaba cambiar el club, fue dar de baja a jugadores de bajo rendimiento como el panameño Gabriel Torres, además que junto a Andrés Lillini lograron cerrar fichajes interesantes para el club que no pudieron despegar como Gustavo del Prete, pero pese a estar en su casa,a sus 79 años ya no se siente muy cómodo siendo el vicepresidente deportivo del club, él mismo ha reconocido que ha puesto la renuncia en la mesa en varias ocasiones, la última de ella cuando Leopoldo Silva dio un paso al costado y simplemente a él no lo dejaron renunciar.
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Quizás, ahora mismo el retiro no sea mala opción para Miguel, su legado en Pumas y el fútbol mexicano es innegable y si es por su propia cuenta que se quiere ir del club, los directivos no deberían prohibirle su deseo de salir, sin embargo, parece que la directiva ha planeado todo desde un principio pues hace un año se contrató a Eduardo Saracho proveniente de Puebla, con un cargo similar al de Barón, pero con un poco más de contacto con los posibles candidatos a llegar a Pumas y según pudimos saber, él sería el encargado de la vicepresidencia cuando se retire el "Dr".
