Dicen que el que es buen líder, tiene que liderar para el fácil, para él más o menos fácil y para el complejo, para el complicado, ¡hay que ser líder para todos! Porqué líder para los fáciles cualquiera, agarramos a cualquiera y que se pongan a liderar a elementos fáciles; difícil es cuando hay que lidiar con algo complejo dentro de una institución de fútbol y Fernando el ‘Tano’ Ortíz no supo lidiar de buena manera con el jugador difícil y complicado que le echó tierra al momento de marcharse de Monterrey, Joao Rojas.
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El jugador escribe en el WhatsApp del equipo de fútbol una despedida en la que al final culpa directamente a Fernando Ortíz, y yo sé que hay jugadores complicados, que no se van a ir contentos, pero tienes que saber mediar tú y tú cuerpo técnico de modo que las cosas sean francas, directas, tranquilas las aguas y que cuando un futbolista se vaya, pues que no se vaya enojado, tirando maldiciones por todos lados y haciéndolo a las espaldas que es lo peor de todo.
Es una realidad, Rojas lo hizo a las espaldas e inmiscuyendo al resto de jugadores del Club de Fútbol Monterrey, lo que da a relucir que algo pasaba o que algo no estaba tan sano hacia el interior de Rayados, ese equipo que busca como objetivo encontrar el mismo camino que Tigres, es decir, ir cuesta arriba para alcanzar a los grandes de este país en cuanto a títulos de Liga MX se refiere.
Ya se fue Joao Rojas entonces, por la puerta de atrás, pateando al director técnico que tuvo, porque este no lo consideró como él cree que debían haberlo considerado, como un jugador top y premium. Ahora le va a tocar a él irse y demostrar por allá a donde vaya, mientras que aquí en México, Fernando ‘Tano’ Ortíz tendrá que tomar como experiencia esto y ver quienes son incómodos hacia el interior y saber liderar a ese grupo, para calmar todo el entorno que hay ya de Rayados de Monterrey.
Las figuras que pierden la cabeza son lo peor
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Un jugador te puede echar a perder muchas cosas, uno solo te puede echar a perder al compañero de al lado, al del otro, al de enfrente y al de atrás, provocando que así comience la incomodidad. La incomodidad hay que saber calmarla y para eso hay que meterle cabeza, y la cabeza tiene que usarla el director técnico, porque es entrenador, estratega, director técnico, psicólogo, papá y de todo; al final es de todo en un equipo de fútbol y está lidiando con seres humanos que se creen ultra, hiper, archi millonarios, aunque en realidad muchos lo son, ganan demasiado, se marean y creen que puede hacer lo que quieran.
