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El jugador mexicano que pasó de vender ladrillos a borrar a uno de los cracks de la Selección de Alemania

El jugador es uno de los deportistas más reconocidos en México y logró lo que muchos no han podido, aunque se fueron a brillar a Europa.

Por Patricio Constante

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En sus inicios se dedicó a la venta de ladrillos. Un trabajo que le permitió tener ingresos económicos tanto a él como a su familia, por lo que se facilitó el tema de que pueda jugar en las categorías formativas y así empezar una carrera llena de éxito y de grandes historias en el Tri. 

De acuerdo al informe de Leyendas del Fútbol Mexicano, el jugador en sus inicios se dedicó a la venta de materiales de construcción y de ladrillos, junto con su padre. Pero esta leyenda del fútbol mexicano, logró lo que ningún futbolista de la famosa generación dorada no logró. 

Pablo Larios, cinco veces mundialista con el Tri y uno de los jugadores que sí llegó al quinto partido, se dedicó a este trabajo en sus inicios. El portero, quien es considerado el mejor de México, por Jorge Campos, así empezó su carrera, luego se consolidó y fue uno de los porteros más importantes de la historia, sin ir a Europa. 

El portero mexicano fue una de las figuras en el mundial de 1986 y se dio el lujo de jugar un partidazo ante la Selección Nacional de Alemania, en la serie de cuartos de final, donde al Tri le pesó los penales, aunque Larios se mandó un gran juego bajo la portería mexicana. El jugador se dio el lujo de borrar al crack de ese momento, de la Selección Germana, Karl-Heinz Rummenigge, quien marcó 45 goles en 95 juegos con la Selección de Alemania. 

Larios tuvo problemas extra deportivos y eso complicó el fin de su vida. Un portero de grandes atajadas y que fue el gran ídolo de Jorge Campos.

 


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