Los equipos regiomontanos viven una etapa inusual para cualquier rivalidad local en cuanto a máximos anotadores históricos se refiere pues ambos llegaron el mismo año y con los años, Rogelio Funes Mori y André-Pierre Gignac demostraron ser los máximos referentes del ataque en Rayados y Tigres respectivamente.
Aunque del lado del francés no hay dudas respecto al ídolo que es incluso para aficionados de otros equipos, por parte del nacido en Argentina la misma afición del Monterrey sigue sin convencerse de ciertos momentos en los que el ‘Melli’ queda a deber como las finales o los momentos importantes, escenarios en los que, por el contrario, sí suele aparecer el felino.
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Fue en esta semana que se dio un ejemplo claro de cómo actúa uno y el otro cuando su equipo más los necesita y en circunstancias muy similares, pues en la ida de los cuartos de final ante Pachuca, a Tigres le marcaron un penal a favor muy dudoso que Gignac supo convertir con mucha personalidad ante Óscar Ustari llevándose al menos una ventaja mínima para la vuelta.
Este jueves, a Rayados le marcaron igualmente un penalti polémico a favor de Pachuca en la ida de las semifinales que falló Rogelio Gabriel en un disparo displiscente a media altura que pudo significar el empate a tres tantos pero que minutos después significó un lapidario cinco a dos, resultado que complica de manera importante el pase de Rayados a la final aunque cierra la semifinal en casa.
Ustari estaba mareado
La falla de Funes Mori se hizo aún más grave pues antes y sobre todo después de atajar el penalti, Ustari mostró claros signos de mareo, evidenciando lo mal que pateó el delantero de la Selección Mexicana la pena máxima, a media altura y sin mucha potencia que el guardameta sacó con relativa facilidad.
