Los motivos por los que Michel Leaño seguirá siendo entrenador de Chivas aunque fracase en el Clausura
El estratega del rebaño sabe que tiene su lugar asegurado en el equipo tapatío, entre otras cosas por el momento económico que pasa el club
Sin importar lo que pueda pasar en lo deportivo, Marcelo Michel Leaño tiene prácticamente asegurado el mantenerse por lo menos de aquí al final de 2022, como el encargado de llevar los destinos del Club Deportivo Guadalajara, esto a pesar de que su equipo da muestras de una inestabilidad más que clara, al no mantener un nivel de juego que le alcance para siquiera ligar victorias.
A pesar de que muchos aficionados han levantado la voz en redes sociales pidiendo su salida, la cercanía de Leaño con Amaury Vergara, y el puesto que el mismo dueño le otorgó dentro de la institución, hacen que su cese sea prácticamente limitado a que el propio Marcelo renuncie para volver a las actividades que tenía previo a asumir como entrenador del primer equipo.
Chivas comenzó el torneo con una contundente victoria ante Mazatlán, para después ligar dos juegos sin poder ganar, contabilizando una derrota ante Pachuca y un empate en Querétaro, destacando no solo la raquitica suma de puntos, si no el notable bajo nivel de juego tanto en lo individual como en lo colectivo.
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Por otra parte, Amaury Vergara sabe que si bien despedir a Leaño no le significa un alto costo, traer un técnico de renombre si le puede costar mucho pues los que llegan blindan sus contratos con los tapatíos por si las cosas no les salen bien; aunado a ello, el equipo no ha querido invertir mucho en el plantel, por lo que ningún entrenador de alto prestigio arribará a tierras tapatías tan facilmente.
En Guadalajara piden a gritos la salida del actual entrenador
Al momento Leaño tiene dirigidos 12 partidos con los rojiblancos, de ellos solo cosecha 3 triunfos, 4 empates y 5 derrotas. Sin duda alguna los resultados del entrenador del chiverio son pobres, casi tanto como se están quedando las arcas de las Chivas, un equipo que hoy día aspira a muy poco, y que se ha conformado con entrar a la repesca esperando algún milagro en el camino.