Mundos diferentes se viven entre jugadores de la Liga MX y quienes en su momento estuvieron por las diferentes canchas del país. Es el caso particular de Hirving Lozano que desde muy joven construyó un hogar.
El Chucky a sus 18 años fue padre, y mientras luchaba por un puesto en el primer equipo del Pachuca, su esposa, Ana Obregón, se tuvo que quedar en casa cuidando a su primogénito.
Sin embargo, el deseo de ayudar de Lozano fue muy grande, pues hizo que le descontaran de su sueldo los estudios para su esposa, que pudo graduarse en la Universidad del Futbol en Pachuca.