La verdad los complejos del equipo del Guadalajara son gigantescos, cuando está la final y va a dar el silbatazo inicial el “Gato” Ortíz, filtran los directivos del Guadalajara la renuncia de Paunovic, el “hijo de la guerra”, el “hijo de las mentiras” y el “hijo del fracaso”; porque es lo que es Paunovic, es el “hijo del fracaso”, que no vengan con tonterías, es un tipo que vino a robarle a Chivas, que llegó a la final con suerte porque expulsaron a Fidalgo en la cancha del Azteca en la vuelta de la semifinal del torneo anterior y porque el América se hizo chiquito como él.
Este tipo de entrenadores no deben venir al fútbol mexicano, son mentirosos y además acomplejados porque renunció hace un par de días y lo tuvo que filtrar el día de la final para que se hablara de las Chivas, una tontería gigantesca. Paunovic, pese a que ha tenido una prensa proteccionista, comentaristas y analistas que parecen ser parte del Guadalajara o que les da miedo que los veten del club como lo hacían antes, y como ya les quitaron el veto pues ahora hay que hablar bien.
Paunovic no era un técnico para el Guadalajara porque nunca debió ser técnico del ‘Chiverío’, no entendió la liga, era un sinvergüenza pero no era entrenador; podrán decir que pobrecito jugaba con puras mexicanos, pobrecito ya estaba cansado, pero en el Guadalajara se debe tener capacidad moral, que se dejen de mentiras. En Chivas tienen una doble moral, no aceptan extranjeros en el campo pero sí aceptan extranjeros en sus oficinas y en la dirección técnica; ¿qué tiene que ver una cosa con la otra?
La doble moral abunda en Verde Valle
Es una realidad que si no tienen capacidad moral, si no tienen identidad, ¿por qué sí se vale en el banquillo a un serbio y no se vale tener en el campo a un argentino? Doblemoraslistas, eso son en Chivas, se escudan en los niños héroes, en el patriotismo barato; si van a ser mexicanos que sean todos mexicanos, ¡todos! Y Paunovic les vino a robar, que se den cuenta, también Hierro, como en su momento vino van 't Schip, que lo trajo Johan Cruyff, y como vino Azkargorta a reírse de ellos. ¡Pobre infelices! Empezando por Paunovic.
