Por Javier Vaca
Tras el amargo empate sin goles entre el Atlas y las Chivas de Guadalajara en el Estadio Jalisco, un resultado que selló la eliminación del Rebaño Sagrado del Torneo Clausura 2025, el entonces director técnico Gerardo Espinoza compareció ante los medios de comunicación. En la conferencia de prensa posterior al encuentro, fue cuestionado sobre sus decisiones tácticas y la elección de ciertos jugadores para un partido en el que Chivas necesitaba imperiosamente la victoria para aspirar a un lugar en la Liguilla. Sus respuestas, lejos de aclarar el panorama, parecieron evadir responsabilidades y buscar justificaciones poco convincentes.
En un movimiento que sorprendió a propios y extraños, Gerardo Espinoza, quien durante varios partidos había relegado a los jóvenes talentos de la cantera, decidió apostar por ellos en este crucial Clásico Tapatío. Sin embargo, esta repentina confianza en los juveniles contrastó con su decisión de mantener en la banca a un referente como Javier Hernández durante todo el encuentro. Esta determinación táctica generó interrogantes sobre su estrategia y la lectura que hizo del partido, especialmente considerando la necesidad de un gol para obtener la victoria.
Una de las principales excusas que Gerardo Espinoza ofreció para justificar sus decisiones fue su supuesto análisis del "momento deportivo" de los jugadores. Según sus palabras, si los futbolistas juveniles se encontraban en un mejor estado de forma, era lógico que tuvieran participación. De manera similar, justificó la ausencia de Javier Hernández argumentando que existían otras prioridades dentro del desarrollo del partido y que, además, el delantero venía mostrando un "bajón deportivo". Esta explicación no terminó de convencer a la afición, que esperaba ver al "Chicharito" en un encuentro de tanta trascendencia.
El discurso de Gerardo Espinoza tras el empate ante el Atlas evidenció una clara incongruencia y un doble rasero en sus valoraciones. A pesar de la falta de contundencia ofensiva mostrada por el equipo, el técnico se deshizo en elogios hacia el delantero Alan Pulido, destacando su buen "momento deportivo" a pesar de su sequía goleadora. Resulta contradictorio recordar que, apenas unas semanas atrás, Pulido había sido relegado del equipo por una supuesta indisciplina, para luego ser ensalzado por el mismo entrenador tras la eliminación del equipo.
Estas declaraciones de Gerardo Espinoza, más que ofrecer claridad, dejaron la sensación de un técnico buscando excusas tras un fracaso innegable. Su incapacidad para llevar a Chivas a la Liguilla, sumada a sus cuestionables decisiones tácticas y sus contradictorias justificaciones, reforzaron la idea de que nunca fue el director técnico adecuado para un club de la exigencia y la historia del Guadalajara. Su gestión se caracterizó por la inconsistencia y la falta de resultados, culminando con una eliminación que dejó un sabor amargo en la afición.
El ciclo de Gerardo Espinoza al frente de Chivas parece haber llegado a su fin tras este decepcionante cierre de torneo. Sus últimas declaraciones, lejos de asumir la responsabilidad del fracaso, parecieron buscar culpables externos o justificaciones poco sólidas para sus decisiones. La directiva del Rebaño Sagrado tendrá la difícil tarea de encontrar un nuevo entrenador que pueda devolver la ilusión a la afición y construir un proyecto deportivo ganador que esté a la altura de la grandeza de Chivas.
07/05/2025
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