El encuentro entre Pumas y Rayados de Monterrey en los cuartos de final de la Liga MX dejó un sabor amargo para los aficionados universitarios. La mínima diferencia en el marcador, gracias a un penalti señalado a favor de los regiomontanos, desató una ola de críticas y cuestionamientos sobre la decisión arbitral.
El penalti que definió el encuentro se originó tras una jugada en la que Pablo Bennevendo, jugador de Rayados, cayó al suelo dentro del área. El árbitro central consideró que el balón había impactado en el brazo de un defensor de Pumas en una posición antinatural, por lo que señaló la pena máxima.
Sin embargo, las imágenes de la repetición mostraron una jugada previa que ha generado una gran controversia. Antes de que el balón impactara en el brazo del jugador de Pumas, hubo un claro contacto entre Johan Rojas, jugador de Monterrey, y Chino Huerta, defensor universitario. Esta acción, según muchos expertos, pudo haber desestabilizado a Huerta y provocado la caída que originó el penalti.
La Regla 12 de las Leyes del Juego establece claramente que se debe sancionar penalti cuando un jugador marca un gol con la mano o el brazo, incluso si la acción es accidental, siempre y cuando la posición de la mano o el brazo sea antinatural. En este caso, el árbitro consideró que la mano del jugador de Pumas estaba en una posición que ampliaba artificialmente su cuerpo, por lo que señaló la pena máxima.
Sin embargo, muchos expertos han cuestionado esta interpretación. Argumentan que la caída de Bennevendo fue producto del contacto previo con Rojas y que la posición de su brazo fue una consecuencia de ese contacto, más que una intención de ampliar su cuerpo.
La polémica generada por el penalti tiene importantes consecuencias tanto para Pumas como para el arbitraje mexicano. Para los universitarios, la derrota por la mínima y la sensación de haber sido perjudicados por una decisión arbitral equivocada son un duro golpe.
Por otro lado, esta situación pone en evidencia la necesidad de contar con un arbitraje más preciso y justo. Los errores arbitrales pueden tener un impacto significativo en el resultado de los partidos y generar una gran frustración entre los equipos y los aficionados.
Ante esta situación, muchos han pedido una revisión a fondo del sistema de videoarbitraje (VAR). El VAR tiene como objetivo corregir los errores claros y evidentes del árbitro, pero en este caso, la decisión del colegiado parece ser más subjetiva y difícil de determinar con claridad a través de las imágenes.
Es necesario que se establezcan protocolos más claros y precisos para la utilización del VAR, así como una mayor capacitación de los árbitros en la aplicación de las nuevas tecnologías.
La polémica generada por el penalti señalado a favor de Rayados pone de manifiesto la complejidad del arbitraje en el fútbol y la necesidad de contar con herramientas y protocolos que permitan tomar decisiones más justas y transparentes.
Si bien la regla 12 establece claramente las condiciones para sancionar un penalti por mano, la interpretación de esta regla puede ser subjetiva y generar diferentes opiniones. En este caso, la acción previa de Johan Rojas sobre Chino Huerta añade una capa de complejidad a la jugada y abre la puerta a la discusión sobre si el penalti debió ser señalado o no.
Es fundamental que las autoridades del fútbol mexicano trabajen para mejorar la calidad del arbitraje y garantizar que los partidos se desarrollen de manera justa y equitativa. Solo así se podrá evitar que situaciones como la vivida en el partido entre Pumas y Rayados se repitan en el futuro. Para el DT de Pumas, Gustavo Lema, el penal debió ser anulado por la previa falta a Chino Huerta.
10/12/2024
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