Tras 2 horas de reunión, la decisión que tomaron en el América sobre echar a André Jardine

La dolorosa eliminación del Club América en cuartos de final del Apertura 2025 a manos de Rayados de Monterrey se sintió como un golpe al corazón americanista. El fracaso resonó en cada rincón de Coapa, desatando una crisis que orillaría a la cúpula azulcrema a protagonizar un encerrón de emergencia que se extendió por cerca de dos horas. En esa reunión explosiva se puso sobre la mesa el futuro de André Jardine, el estratega brasileño que le ha regalado 6 títulos al Nido de Coapa en los últimos años, pero que ahora ya tendría definido su destino.

Según reveló el periodista de FOX Sports, Carlos Rodrigo Hernández a través de redes sociales, el panorama fue claro: "Luego de la eliminación de América, hubo una encerrón donde estuvo la directiva y el cuerpo técnico encabezado por André Jardine, para analizar lo que hay que mejorar y planear los cambios para el próximo torneo". La bomba es que la decisión no solamente pasa por la confianza deportiva hacia el cuerpo técnico, sino también por las amarras contractuales que mantiene el DT brasileño con el cuadro americanista.

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Jardine, quien tiene un vínculo firmado hasta el 2028, seguirá al frente de las Águilas para el Clausura 2026, esperando que se logren objetivos caso contrario podría terminar el vínculo con los azulcremas donde cláusula rondaría los 7 millones de dólares. Esta ratificación, en un club donde la exigencia es título o fracaso rotundo, pone toda la presión del mundo sobre los hombros del entrenador brasileño, quien deberá revertir el desastroso 2025 que tuvieron en el Nido si quiere mantener no solo su puesto, sino la confianza que aún existe por parte de la directiva azulcrema.

El principal sostén de Jardine fue el tricampeonato que le dio al Club América. La directiva parece aferrarse a la idea de que los procesos largos son la receta mágica del éxito, ignorando por completo la tradición americanista de 'cortar por lo sano' ante el primer aroma de crisis. Además, Jardine logró cerrar el torneo regular metido entre los primeros lugares, un espejismo que se desplomó como castillo de naipes en la Liguilla. No obstante, la permanencia del brasileño viene con una advertencia que suena a ultimátum: el próximo torneo es de vida o muerte, y todos en la directiva lo saben perfectamente. Por ello, el Clausura 2026 se perfila como un mercado de fichajes con movimientos espectaculares que podrían cambiarle completamente la cara al plantel.

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La promesa de la directiva para respaldar a Jardine implica inevitablemente la llegada de refuerzos de primera categoría que corrijan las evidentes carencias del plantel actual. La falta de contundencia en ataque, la fragilidad defensiva que quedó expuesta en los cuartos de final y la nula capacidad de reacción ante un rival bien parado son fallas que deben ser subsanadas urgentemente con nombres de peso y trayectoria. La afición exige figuras que marquen la diferencia de inmediato, no promesas a futuro que se diluyan en el tiempo. Si bien se habla de un gran esfuerzo económico por parte de la directiva, este respaldo también pone una presión sobre Jardine. La paciencia de la afición americanista es cortísima, y la sombra de la guillotina ya se cierne amenazante sobre el estratega. Este voto de confianza a Jardine es una apuesta de altísimo riesgo que podría costar muy caro a la institución. El antecedente doloroso de la eliminación, sumado a las altas expectativas que siempre genera el América, convierte el Clausura 2026 en el torneo más importante y decisivo de toda la gestión del brasileño.

Por Javier Vaca – Opinión | El Futbolero MX