El único jugador que rechazó al Tri por dignidad, ahora es millonario

El sueño de todo niño detrás de una pelota es convertirse en jugador profesional y vestir la playera de su selección. O al menos así era hasta hace algunos años, antes de que los malos manejos, las intrigas, los problemas en la interna y diversas dificultades provocaran que los jugadores dejaran de sentir afinidad por la camiseta de su país y decidieran desprenderse lo que se convirtió en un peso más que en un premio.

Al igual que los vetos y las sanciones, las renuncias a la Selección Mexicana no son una cuestión nueva, ya que se han dado hace décadas por distintos motivos, pero el caso más sonado en los últimos años es el del delantero Carlos Vela, quien luego del Mundial Rusia 2018 decidió apartarse del Tri por decisión propia, ya que en diversas entrevistas ha asegurado que lo hizo para dar paso a los jugadores más jóvenes, lo que los técnicos no han hecho, por lo que bien podría continuar vistiendo la verde sin problema alguno.

Carlos surgió de las Chivas, de donde dio el salto al Arsenal y posteriormente pasó por su mejor momento con la Real Sociedad antes de instalarse como uno de los jugadores emblema de la MLS. Su incursión en el extranjero también fue el comienzo de la fortuna del mexicano, pues en el Arsenal percibía ingresos de 500 mil euros, mientras que en Real Sociedad ganó 3.3 millones de euros por temporada. En 2021 se convirtió en el mejor pagado en el fútbol de Estados Unidos, con un salario de 6.3 millones de dólares y tiene una mansión de 4 millones de dólares en Los Ángeles, la cual forma parte de un patrimonio que de acuerdo con Bola Vip es de poco más de 20 millones de dólares.

El capitán y delantero de LAFC es uno de los jugadores franquicia, por lo que está fuera del rango establecido para que haya competencia pareja, al estilo de todos los deportes estadounidenses. En su renovación de contrato, Vela firmó por 4 millones de dólares por temporada, según Marca, cifra menor a la que percibía en 2018 cuando llegó, pero nada despreciable