Javier Aguirre: ¿Por qué sigue al frente de la Selección Mexicana pese a toda la presión?

Una de las razones por las que Javier Aguirre sigue en la selección mexicana tendría que ver con un tema económico

Javier Aguirre en la Selección Mexicana durante el duelo ante Uruguay en Torreón
Javier Aguirre en la Selección Mexicana durante el duelo ante Uruguay en Torreón
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La bronca que se armó con la afición durante el partido México vs. Uruguay en el estadio TSM Corona de Torreón marcó uno de los momentos más tensos que ha vivido en su gestión actual. Los abucheos del público mexicano hacia su propio equipo reflejaron la inconformidad con el rendimiento mostrado y las decisiones técnicas del Vasco Aguirre. Los abucheos en Torreón no fueron un evento aislado, sino el reflejo de una frustración acumulada que tiene raíces bien profundas en las expectativas del fútbol mexicano.

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El tema central de la inconformidad ha sido tema recurrente en medios y debates, donde se discute la falta de resultados y la percepción de estancamiento. La afición esperaba ver un equipo mucho más dinámico y ofensivo. Sin embargo, a pesar de los resultados que no son nada óptimos y la presión constante, la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) mantiene su respaldo a Aguirre, confiando en su experiencia y en la capacidad de su proyecto. Pero entonces, ¿a qué se debe este apoyo tan firme y sostenido a pesar de los malos resultados?

El análisis de la goleada 4-0 que les metieron ante Colombia y los empates ante Ecuador y Uruguay, respectivamente, representa uno de los puntos más bajos de su tercera etapa al frente de la Selección. Estos choques ante Selecciones Sudamericanas de alto nivel han servido como medida del nivel actual del equipo mexicano y han puesto en evidencia la actuación tanto del equipo como de Aguirre en los partidos recientes. Este resultado no solo evidenció deficiencias tácticas y técnicas del equipo, sino que también puso en duda la capacidad de Aguirre para preparar al equipo para competir contra rivales de primer nivel sudamericano.

La forma en que México fue superado tácticamente, especialmente en transiciones defensivas y en la presión alta del rival, generó cuestionamientos sobre la metodología de preparación y la selección de jugadores. Según David Faitelson, la continuidad del Vasco Aguirre en el banquillo del Tri tendría que ver con aspectos más allá de los deportivos, incluyendo un posible acuerdo entre el entrenador y la FMF para continuar pese a los resultados. La decisión de mantenerlo al frente también ha estado influida por los directivos, quienes consideran que su experiencia puede ser clave para revertir la situación.

De ahí que no le hayan aceptado la renuncia a inicios de año, un hecho bien relevante en la gestión de Aguirre. Además, la preparación y expectativas de la Selección están marcadas por la importancia de clasificar a la Copa del Mundo, un objetivo fundamental en el calendario de la FIFA. Como se analiza en este artículo, la trayectoria de Aguirre y la situación actual del equipo requieren dar vuelta a la página y buscar soluciones para avanzar tras los malos resultados.

Rafael Márquez y Javier Aguirre durante el cotejo de México ante Uruguay
Rafael Márquez y Javier Aguirre durante el cotejo de México ante Uruguay

¿Una imposición de la FMF más que una decisión deportiva?

La continuidad de Javier Aguirre al frente de la Selección Mexicana ha generado un debate bien intenso que va más allá del terreno de juego. Aunque oficialmente se argumenta que su permanencia obedece a su experiencia y capacidad para preparar al equipo rumbo al Mundial 2026, numerosos analistas y aficionados cuestionan si realmente esta decisión responde a criterios deportivos o si, en cambio, es una imposición de los directivos de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF). Incluso, algunos sectores piden la salida de Aguirre en favor del equipo, considerando que un cambio podría beneficiar el futuro de la Selección.

Está claro que la presión mediática y las voces críticas que piden un cambio en la dirección técnica parecen no tener eco en los directivos, lo que alimenta la percepción de que la decisión está tomada desde instancias superiores sin considerar plenamente la opinión pública o el sentir de la afición. En este sentido, la gestión de Aguirre se percibe como una apuesta arriesgada que podría estar condicionada por factores ajenos a la cancha, como la estabilidad institucional o la falta de alternativas claras.

Este escenario plantea preguntas importantes sobre la autonomía del cuerpo técnico y la transparencia en la toma de decisiones dentro del fútbol mexicano. Las palabras de los involucrados en conferencias y entrevistas públicas no siempre aclaran la verdadera posición de Aguirre dentro de la estructura del equipo. ¿Está la FMF priorizando la estabilidad administrativa como una medida que sacrifica el rendimiento deportivo? ¿O existe una estrategia a largo plazo que justifique el hecho de mantener a Aguirre pese a las críticas?

Javier Aguirre renunció en enero a la Selección Mexicana

Las críticas de periodistas como Gustavo Mendoza, solicitando públicamente su renuncia, reflejan el nivel de presión mediática que enfrenta Aguirre. Estos cuestionamientos no solo se basan en resultados puntuales, sino en un análisis más profundo sobre si su estilo de dirección es el adecuado para las aspiraciones actuales del fútbol mexicano. Además, se sabe que en enero de 2025, Javier Aguirre presentó su renuncia a la Federación Mexicana de Fútbol, motivado principalmente por su apoyo al entonces director deportivo Juan Carlos Rodríguez, quien enfrentaba dificultades dentro de la estructura de directivos. El tema central de la crisis giraba en torno a la gestión interna y la continuidad del proyecto. En ese momento, se consideró la posibilidad de rescindir el contrato de mutuo acuerdo, pero la Federación decidió no aceptar su renuncia, mostrando así su respaldo al proyecto de Aguirre a pesar de las tensiones internas y la presión externa. Este hecho evidencia la postura de la FMF ante la situación. ¿Es un tema económico?

Está claro que según información difundida por TV Azteca, la cláusula de salida de Javier Aguirre con la Federación Mexicana de Fútbol estaría cercana a los 5 millones de dólares. Esta cifra representa una fuerte inversión económica que la FMF tendría que asumir en caso de decidir rescindir el contrato del entrenador antes de que concluya su periodo al frente de la Selección Nacional. Este aspecto económico es un factor importante que podría influir en la decisión de mantener a Aguirre en el cargo a pesar de las críticas y los resultados adversos, ya que la Federación busca evitar un desembolso significativo que afecte sus finanzas.

¿Cómo le ha ido a México en la 3ra etapa del Vasco Aguirre?

Javier Aguirre ha dirigido un total de 15 partidos oficiales, con un balance de 4 victorias, 8 empates y 3 derrotas, lo que representa un porcentaje de victorias cercano al 27%. En estos duelos más significativos, el equipo mostró una calidad variable, especialmente en el rendimiento ofensivo, donde la falta de gol en partidos clave ha sido determinante para la posición del equipo en la tabla. A pesar de las críticas por los resultados, su experiencia y adaptabilidad le han permitido mantener la estabilidad del equipo en un contexto de alta presión, aunque no se ha visto la mejor versión del conjunto nacional en los últimos encuentros. En esta tercera vuelta al frente de la Selección, que marca la vez número tres que Aguirre asume el cargo, el equipo no ha logrado superar los desafíos como en su debut, cuando dirigió su primer partido oficial. Con más de 866 partidos dirigidos a nivel profesional y un porcentaje global de victorias del 42%, sin embargo, en los últimos duelos no ha conseguido victoria y esto despierta dudas en los aficionados. Aunque hubo un entrenador que llegó con peores números y la FMF lo premió llevándole al Mundial donde México fue un fracaso.

Gerardo Martino llegó a la Selección Mexicana con grandes expectativas, pero su gestión previa al Mundial 2022 fue un auténtico fracaso que dejó al Tri en entredicho. En más de 40 partidos dirigidos, Martino apenas alcanzó un 50% de victorias, evidenciando una falta de rumbo y solidez en el equipo. En los choques de alto nivel, la Selección no logró imponerse y la eliminación en semifinales de la Copa Oro 2021 fue solo un anticipo de lo que vendría: un Mundial decepcionante donde México quedó fuera en fase de grupos, mostrando un juego predecible, defensas vulnerables y una ofensiva incapaz de generar peligro real. La desconexión entre el técnico y los jugadores, junto con la falta de identidad táctica, provocó una crisis de confianza que aún pesa en el fútbol mexicano. Martino no solo fracasó en resultados, sino que también dejó una imagen de un proyecto estancado y sin futuro, cuestionando seriamente la capacidad de la FMF para elegir a un líder que realmente impulse al Tri hacia adelante.

Javier Aguirre y Chicharito Hernández durante el Mundial 2010
Javier Aguirre y Chicharito Hernández durante el Mundial 2010

La afición en contra de Aguirre: ¿traición o exigencia legítima?

La afición mexicana es, está clarísimo, uno de los activos más valiosos que tiene la Selección Nacional de México. Su pasión, entrega y lealtad han convertido según reportan los estadios en auténticas fortalezas para el equipo, generando un ambiente único que podría motivar a los jugadores y poner a prueba la fortaleza mental de los rivales. El tema central en la relación entre la afición y el técnico radica en la legitimidad de las exigencias y la manera en que estas influyen en el desempeño del equipo. Javier Aguirre ha reconocido en diversas ocasiones que la afición tiene todo el derecho de exigir y manifestar su inconformidad, pues son libres y soberanos al haber pagado su boleto para apoyar al Tricolor.

"Lo que puedo controlar lo hago, el funcionamiento, el rendimiento, intentar que no se lesione nadie, lo otro son variables que no controlas, me gusta cuando la gente nos apoya y se vaya contentos y ganando es la única forma, esa es nuestra chamba. Yo no son quién para juzgar a la afición, son libres y soberanos para expresarse como quieran, manifestaron su inconformidad libremente, no tengo autoridad para decir algo más", comentó Javier Aguirre luego del partido ante Uruguay, subrayando con cada palabra la importancia de respetar la opinión de la afición.

La exigencia de Torreón por ver a Carlos Acevedo

Sin embargo, la relación entre la afición y el equipo no está exenta de conflictos. El tema de la salida de Carlos Acevedo y la inclusión de Raúl Rangel en el partido contra Uruguay generó inconformidad y abucheos, reflejando según varios medios el alto nivel de exigencia y la profunda conexión emocional que existe entre los seguidores y la Selección Mexicana. La competencia por la posición de titular en la portería se ha convertido en un tema central, y estas manifestaciones podrían influir directamente en el rendimiento de los jugadores y en la toma de decisiones del técnico, quien debe encontrar la manera adecuada de gestionar la presión y mantener la autoridad en el mando del equipo.

La eterna crítica a Javier Aguirre por su estilo de juego en la Selección Mexicana

La crítica hacia Javier Aguirre ha sido constante especialmente por su insistencia en un sistema táctico fijo, el 4-3-3, que muchos consideran rígido y poco adaptable a las exigencias del fútbol moderno. Esta formación, que el técnico ha defendido como base para mantener equilibrio entre defensa y ataque, ha sido señalada por limitar la creatividad y la capacidad ofensiva del equipo, lo que ha generado frustración entre aficionados y periodistas. Está claro que se cuestiona si este esquema contribuye realmente a elevar la calidad del equipo en términos de rendimiento y competitividad internacional.

El enfoque conservador de Aguirre, que prioriza la solidez defensiva y las transiciones rápidas ante rivales superiores, ha sido percibido como un freno para un equipo que demanda mayor protagonismo y dinamismo con el balón. Su falta de flexibilidad para modificar el esquema táctico en función de las circunstancias del partido ha contribuido a la percepción de un equipo predecible y sin variantes ofensivas claras. En este sentido, la estrategia de Aguirre puede considerarse una medida de la efectividad y preparación del equipo frente a selecciones como Uruguay y México en el contexto internacional.

Además, su manejo de la presión mediática y la relación con la afición mexicana también han sido objeto de cuestionamientos. Aunque Aguirre reconoce la libertad de los seguidores para expresar su inconformidad, su respuesta pragmática y distante ha sido vista por algunos como falta de empatía ante la exigencia legítima de una afición que busca resultados y espectáculo.

Por Javier Vaca – Opinión | El Futbolero MX

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