Por Javier Vaca
La selección mexicana tuvo un debut inesperado en la Copa Oro donde apenas pudo empatar con Trinidad y Tobago en un cotejo que salió lesionado su mejor jugador, Hirving Lozano. Esto dejó en evidencia las limitaciones que tiene la plantilla del cuadro tricolor.
Gerardo Martino prestó a tres de sus jugadores a la selección olímpica y también jugadores que daban la edad, uno de ellos Diego Lainez que en este partido pudo darle un aporte distinto tras la salida tempranera de Hirving Lozano. Pero el Tata no ha sido capaz de armar un equipo con jugadores del torneo doméstico que le aporten revulsivos, se ha cazado con los mismos jugadores mediáticos.
Esto debido a que la orden llegaría desde arriba. No es un secreto a voces que la FMF impone algunos jugadores por el tema de patrocinios y demás negocios que genera la presencia de la selección mexicana en territorio estadounidense. Martino recibe el apoyo de la FMF porque es un DT que negocia bien el llamado de los jugadores.
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El evidente tema de la no convocatoria de Javier Hernández, quien tal parece está vetado de la selección mexicana. La FMF ha prohibido que Chicharito regrese, y a cambio al Tata por no exigir su regreso, sabiendo de las capacidades que tiene el delantero mexicano, recibe el delantero que tanto quería en el Tri: Rogelio Funes Mori.
De ahí que mientras el Tata Martino siga las instrucciones de la FMF no abran los ojos a nuevos elementos para la selección o solo lleguen para tomarse la foto y aparece en espacios publicitarios el quinto partido para México seguirá siendo una utopía.
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