Por Javier Vaca
La reciente junta de dueños de la Liga MX, donde una mayoría votó a favor de que un representante externo asuma la dirección de la Federación Mexicana de Fútbol, ha generado una preocupación palpable en ciertos sectores. La finalidad de esta medida sería transparentar las entidades rectoras del balompié nacional, buscando una gestión imparcial y desinteresada. La mirada de atención se posa ahora sobre figuras clave como Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego, quienes tradicionalmente han ejercido una influencia considerable. Este giro en la estructura de poder abre un nuevo capítulo en la historia del fútbol mexicano, cuya evolución promete ser observada con lupa por aficionados y especialistas.
Según el reporte de los panelistas de La Octava Sports, la intención detrás de esta iniciativa es que las determinaciones en el ámbito del fútbol mexicano sean completamente neutras, evitando cualquier tipo de parcialización hacia una televisora o un grupo de control específico. En consecuencia, dentro de las condiciones que se estipularían para este nuevo representante del fútbol mexicano se encontraría una desvinculación total de las empresas televisivas. Esta medida buscaría asegurar que las decisiones tomadas beneficien al deporte en su conjunto, sin atender a intereses particulares que pudieran distorsionar el panorama competitivo y administrativo.
El periodista Ignacio Suárez ha revelado que uno de los requisitos fundamentales para el nuevo líder federativo es no haber mantenido, durante un periodo de cinco años o más, ningún vínculo directo o indirecto con las televisoras, ya sean Televisa o TV Azteca. Asimismo, se establece que el candidato no debe haber pertenecido ni ser directivo de ningún club de fútbol profesional. Esta condición apunta directamente a la búsqueda de una figura imparcial y con una trayectoria que garantice la objetividad en sus futuras responsabilidades. La implementación de este perfil riguroso se vislumbra como el camino para una gestión renovada.
La idea central que impulsa esta transformación, de acuerdo con fuentes cercanas a la liga, es que el nuevo representante del fútbol mexicano posea una autonomía total y la capacidad de tomar decisiones de manera más objetiva, sin presiones externas. Se busca erradicar la percepción de conflictos de interés que han permeado en la toma de decisiones, especialmente aquellas relacionadas con los derechos de transmisión y la distribución de recursos. La independencia del nuevo gestor se considera crucial para el desarrollo equitativo de todos los equipos y para fortalecer la credibilidad de la FMF.
Por su parte, el periodista Luis Castillo reconoce que, a pesar del deseo generalizado y la aprobación inicial para la incorporación de un tercer elemento en la Federación Mexicana de Fútbol y la Liga MX, la cesión de control por parte de Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego no sería un proceso sencillo. La resistencia se manifestaría particularmente en lo concerniente a las decisiones clave que involucran los derechos de televisión, una fuente de ingresos y poder fundamental en el fútbol. La disputa por el control de este aspecto crucial definirá el verdadero alcance de esta reforma estructural.
14/07/2025
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